Femi(ci)nismo

Donde estás, joven empoderada,

creía que era una liberación y no una cárcel,

aquello que anhelabas.

No te veo en las calles,

si no es para vociferar contra las violencias

de tus iguales.

En las asambleas no hablas

más que para decir que no hablas,

y no quieres escuchar

más que tu propia realidad,

inmersa en victimismo,

odio y parcialidad.

Haces tuyo el patrimonio de los cuidados,

como si

beso,

llanto

y canto

fueran cosas de mujer.

Con el prisma de tu sexo oprimido,

observas la realidad

y no como persona

pensando la totalidad.

Dices que sin tí no habrá revolución,

yo creo que sin ellos no acabará la opresión,

que ésta no se destrona invirtiendo roles

y sonriendo a la dominación.

Me pregunto si en este embrollo

los feminismos de hoy no tienen algo que ver,

si es que en vez de ser un ancla

han soterrado tu ser.

Si hay verdaderamente una fuerza,

una fuerza de mujer,

que renazca de sus cenizas,

en la plenitud de ser.

Que dejes atrás la censura,

el dogmatismo,

el error,

que te juntes a nosotr@s

contra el sexismo y la opresión,

que si no es tuya es mía,

que si es es de l@s dos,

que luchemos cada día,

con razón y corazón.